El sábado 14 de octubre de 2023, la administración de la plaza de Torcoroma celebró un año más de su existencia. 57 años de vida que iniciaron sin proponerse, sin acta de nacimiento ni partida notarial para hacer parte del circuito urbano de las ciudades. Este arranque fue un eslabón más de una cadena de transformaciones urbanas que se sucedían a galope en el territorio y pasaba de la pequeña aldea a una ciudad modificada y extendida seis décadas después.
Una fecha indefinida para celebrar es señal de lo vago que se hace para localizar documentos en archivos oficiales- municipales- que indiquen decisiones, motivaciones y proyecciones debatidas en el cabildo en la década del 50 y 60. varios de estos documentos se conservan en sus determinaciones para planear y trazar directrices hacia el diseño de la naciente ciudad que caminaba a pasos gigantes por la expansión del proceso de industrialización, 1938-1950. Su respectivo complemento estaba en la llegada de gentes de todas las latitudes en busca de empleo, porque aseguraban que ”sin petróleo no existiría la Barranca que hoy conocemos. Barranca y petróleo son una y la misma cosa”.1. La profusión de exploradores en el territorio generaba un hacinamiento en los lugares habitados creando presión en los pobladores para buscar maneras de conseguir un lugar donde habitar.
Sitios deshabitados hacia el norte y oriente comenzaban a cubrirse por el flujo migratorio, la industrialización, la demanda de mano de obra y la expectativa de empleo atrayente. La necesidad de vivienda de los establecidos en el territorio exigía amparar una familia que a la par crecía. No obstante, quedaban amplios sectores despoblados, alrededor de áreas urbanas, que requerían urbanizarse para dar forma compacta a la incipiente ciudad. Nuevas perspectivas de estancia se abrían por el fomento industrial que se exhibía por la creación de Ecopetrol y Fertilizantes para satisfacer estas expectativas de empleo.
Una manzana se encontraba enmontada en medio del espacio urbanizado, era el coso municipal o vivero, hoy plaza de Torcoroma. Esta superficie limitaba hacia el norte y oriente por un amplio tramo de terreno agreste, de campo, en lo que hoy comprende todo el barrio Galán. El barrio Torcoroma ya estaba demarcado y urbanizado, aunque albergaba un amplio margen de zona de tolerancia cubierto por bares, cantinas y prostíbulos que proliferaban en toda la zona extendida del barrio: Milancito, Palmeras, Nigth club, Luna park, Rock and roll, el vivero, etc, entre otros, y un número por encima de 60 que lo rodeaban.
A partir de 1962, sin datos oficiales, se suceden acontecimientos que determinaron cambios en la estructura urbana de la circunscripción y estos se inician con el derrumbe de los campamentos de los obreros petroleros. La mayoría de ellos y su familia se trasladan hacia las nuevas casas de la 3ª. etapa del barrio El parnaso que estaban a disposición. Una población de 60.000 habts, según el censo de 1964, requiere de condiciones urbanísticas óptimas para un lugar considerado como una ciudad moderna. Su proceso fabril y manufacturero requería mano de obra considerable y a su ritmo de crecimiento poblacional mayor estructura urbana.
En el año 1963, primer semestre, se sucede el derrumbe de la selva que cubría el vivero o coso municipal. (Los archivos oficiales no se encuentran para sustentar datos y exponer razones de proyección urbanística considerada). Este desmonte ocasiona amplias expectativas en el sector frente a las perspectivas de futuro del lugar. En principio, ya explanado el área, fue lugar para mesas de juego de azar, casetas de baile, cancha improvisada de fútbol para los muchachos del barrio, corraleja de toros movida por nostálgicos de la sabana, parador de ciudad de hierro y circos famélicos, improvisados centros de culto evangélico y algún entoldado que se le ocurría a cualquier desempleado.
Una constante entre 1963-1966 fue la montada de la caseta de baile para la participación del barrio en los reinados populares en el marco de las fiestas del petróleo. Estos festejos fueron el origen para la conformación de la primera junta de acción comunal y encabezara la mayor problemática que padecía la comunidad como eran las inundaciones de las carreras 20 y 21 en épocas de lluvia. Pioneros de esta comunidad como Ángel García, Santiago Quintero, Uriel Navarro Pérez, Humberto Martínez, Escolástico Jiménez, Rodolfo Orozco, etc, jalonaron actividades conducentes a presentar las necesidades y complejidades de la barriada ante las autoridades municipales en busca de un mejor habitar de su familia en el barrio.
Si bien la fecha precisa de nacimiento de la plaza no es posible determinar, es pertinente fijar que su comienzo- 1965-1966-, fue producto de personas que comenzaron a instalar pequeñas ventas de productos agrícolas, luego tenduchos, toldos, casetas, fama de carne o pesa, graneros, más adelante el interés de la comunidad fue ampliando la manzana hasta tomar la solidez que tiene en la actualidad. Una metamorfosis, en seis décadas, ha surtido y convertido este sector en una franja comercial producto de la decisión de aventureros que no tuvieron la suerte de lograr un empleo en alguna de las empresas industriales existentes en la época, aunque sí la entereza para abrirse camino en actividades comerciales.
La espesura de la montaña de la manzana y el laberinto de cantinas y cafés de la época han quedado en el recuerdo de voces testigos y perdurarán en estudios que muestren el proceso de urbanización de la ciudad, sus historias, orígenes y causas que las han determinado. Loas y vida para la plaza de Torcoroma.
Por: Uriel Navarro Urbina

1-.Rueda Guzmán, Giovanni Andrés, (2020). La urbanización de la ciudad intermedia de Barrancabermeja y la incidencia de la industria petroquímica entre 1951 y 2002. Tesis de maestría. Universidad Nacional de Colombia. Pág, 80.